jueves, 15 de mayo de 2014

OBSERVACIÓN GEOGRÁFICA. por Irene Laborda

Hace tiempo traté de hacer un pseudoexperimento sociológico. Coloqué la siguiente fotografía en Facebook y pregunté ¿Qué veis de raro en esta fotografía?



Cauce de un río. Elaboración Propia


La mayoría de personas que respondieron nada tienen que ver con la Geografía. Pero muchos de ellos supieron adivinar por donde iban los tiros.
Para evitar suspicacias, no diré dónde se hizo la foto, porque además, tampoco quiero centrarme en eso, no es importante para la conclusión de este post. Podría pertenecer a cualquier municipio mediterráneo, porque la problemática que nos ocupa está muy extendida en nuestro territorio.
A ver, hagamos un ejercicio de observación. Lo primero que vemos es un puente. ¿Para qué sirve un puente? Para salvar un obstáculo, normalmente. En este caso el cauce de un río.
Lo siguiente es una carretera que  atraviesa el lecho de un río  de forma ascendente, y gracias a la diferencia de altura del lecho, podemos deducir que lo hace en sentido, según la flecha pintada en el suelo, contrario al del cauce. Es decir, a contracorriente.
El lecho del río estaba seco…ese día. Solo hay que mirar el cielo como estaba.
Y por último una señal de tráfico que indica la altura del puente. Aquí me surgen algunas preguntas. ¿Es una señal homologada por la administración pública? ¿O es pirata como las que se ponen en algunos vados?. La carretera está pintada ¿se pintó de forma oficial o alguien decidió facilitarse el paso en interés propio? Y si es esto último ¿la autoridad local no tiene conocimiento de este hecho? O si lo tiene ¿cree que esto es correcto?
Entonces la deducción lógica es que se ha construido una carretera en el lecho de un río. Desconozco si esto es legal, pero como poco no es recomendable. Como dato diré que el río que surca este cauce nace a 1600m de altura y tiene un pantano que recoge sus aguas. Pero, sin ser alarmistas, su historial de riadas es bastante extenso lo que nos dice que  a veces una gota fría o las famosas ciclogénesis explosivas hacen que se tengan que abrir compuertas de urgencia y, o las localidades tienen un plan de emergencia coordinado al milímetro o pueden haber consecuencias nefastas.
Esto no es una crítica en particular a la administración municipal, es una crítica a lo fácil que pasamos por alto ciertos riesgos  predecibles y evitables. Está claro que el lecho de un río es una zona con unos procesos naturales que el hombre no puede controlar en toda circunstancia. Por tanto no está de más respetar estas zonas y sus procesos e intervenir mínimamente. Porque a veces, tratando de facilitar el paso o el ocio de una localidad puedes provocar situaciones de peligro.
También podemos hablar de las consecuencias medioambientales para el cauce del río y su proceso natural. Lo que supone la excavación de áridos, o la modificación de las orillas del cauce para el curso natural del río y de la costa. O como afecta a la flora y fauna autóctona.
Entiendo el proceso productivo y los beneficios económicos que esta acción antrópica aporta pero deberían buscarse formas menos agresivas que procuraran un equilibrio entre beneficio económico y beneficio ecológico y cumplir con patrones de regeneración cuando finalice la actividad. Si el entorno es lo que te da de comer, cuídalo. Arrasar como el caballo de Atila no es solo antiecológico, también antieconómico.



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