sábado, 26 de abril de 2014

LA TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA EN LA UNIÓN EUROPEA, por Ángel López y Vicent Arnal


La cantidad y estructura de población de los diferentes estados no es algo estático, sino que cambia a lo largo del tiempo en función de variables como la economía, la política o las costumbres sociales. En el caso de los actuales estados miembros de la Unión Europea a principios del siglo XX, se desarrolló, debido a un cambio de tendencia en la evolución de su población, una teoría que explicase el paso de un modelo demográfico antiguo a otro de moderno, conocida como Teoría de la Transición Demográfica.

El modelo o régimen demográfico antiguo se caracteriza por un crecimiento de población muy bajo. Las razones de ello se deben a unas tasas de natalidad (niños nacidos por cada 1000 habitantes en un periodo de tiempo) y de mortalidad (defunciones por cada 1000 habitantes en un periodo de tiempo) elevadas, en torno al 40–50‰. Este régimen se ha dado hasta el siglo XVIII en los países como Gran Bretaña, Francia o Bélgica, y hasta principios del siglo XX en algunos países subdesarrollados como España, Grecia o Portugal.

El modelo o régimen demográfico moderno se caracteriza, a su vez, por un crecimiento de población también muy bajo, no obstante la diferencia tiene una respuesta estadística. Y es que las tasas de natalidad y las de mortalidad son moderadamente más bajas, en torno al 5–15‰. Esté régimen responde a la actual dinámica demográfica que siguen la mayoría de los estados miembro más desarrollados económicamente, junto a otras grandes potencias como Estados Unidos o Japón.

Ahora bien, el paso de un régimen a otro se lleva a cabo a partir de dos fases estudiadas en esta Teoría.

La 1ª fase de la transición demográfica se caracteriza por una bajada de la tasa de mortalidad ante las mejoras en seguridad alimenticia, higiene y medicina, mientras que la tasa de natalidad se mantiene en valores altos, por lo que el crecimiento de la población es alto. En esta etapa se encuentran, hoy en día algunos países africanos como Marruecos, Túnez o Algeria. Y en la 2º fase la tasa de mortalidad sigue reduciéndose, y la de natalidad empieza a decaer, con lo que el crecimiento poblacional disminuye paulatinamente.

Finalmente, las tasas de natalidad y mortalidad se estabilizan en valores bajos, de entre 8–12‰, y el crecimiento natural de la población se mantiene estable o estancado. Estas características responden al modelo demográfico moderno descrito anteriormente, incluso hay algunos estados miembros de la Unión Europea en los que la tasa de mortalidad supera la de natalidad, produciendo un saldo natural negativo cuando las tasas de mortalidad superan a las de natalidad.

Estas bajas tasas de natalidad y mortalidad, junto con el aumento de la esperanza de vida, por los avances médicos y una mayor calidad de vida, están afectando a la estructura de población de la Unión Europea. Si analizamos en detalle la actual pirámide de población para la Unión Europea en datos de 2013 (fig.1), por un lado la alta esperanza de vida, situado en torno a los 75-85 años, eleva el porcentaje de personas mayores alcanzando el 18% de ancianos/as mayores de 65 años (la pirámide de población se ensancha por la cima), mientras que, por otro lado, la baja natalidad disminuye el porcentaje de niños/as y adolescentes, que representan el 21% de habitantes menores de 20 años. El porcentaje restante (61%) corresponde a los adultos, y el sector de población mayoritario es el de 40-50 años. Con estos datos observamos cómo la población europea está envejeciendo año tras año.


Fig. 1: Pirámide de población de la Unión Europea (28) en 2013. Datos: Eurostat.

Las consecuencias de este envejecimiento en el sistema socioeconómico europeo son, por un lado, la necesidad de aumentar los recursos económicos estatales destinados a las pensiones y  a los servicios sanitarios y sociales, por otro lado, disminuye la población activa por la menor cantidad de personas en edad de trabajar, por lo que se produce un desequilibrio entre la gente que mantiene el sistema de seguridad social y la gente a la que debe mantener.

Para paliar este desequilibrio y mantener el sistema de seguridad social existen dos soluciones principales. Una sería aumentar la natalidad, la decisión de tener hijos es personal, pero el Estado puede influir con políticas de conciliación laboral-familiar. Por otro lado, la otra solución consiste en la inmigración. Ambas soluciones son complementarias, ya que la llegada de inmigrantes además de sumar gente al mercado laboral, aumenta la natalidad, como se ha visto en esta última década, especialmente en España. 

jueves, 17 de abril de 2014

URBTOPÍAS: EL PLANO, por Vicent Arnal


“Había, en efecto, una isla, situada frente al estrecho, que en vuestra lengua llamáis las columnas de Hércules. Esta isla era más grande que Libia y el Asia reunidas; los navegantes pasaban desde allí a las otras islas, y de éstas al continente, que baña este mar [Océano Atlàntico], verdaderamente digno de este nombre. Porque lo que está más acá del estrecho del que hablamos, se parece a un puerto, cuya entrada es estrecha, mientras que lo demás es un verdadero mar, y la tierra que le rodea un verdadero continente."

De esta forma describía el filósofo griego Platón (428-347aC) en su obra El Critias la mítica isla de la Atlántida. Una descripción física, natural y social ejemplar que se le atribuye a una primera concepción de la ciudad ideal.

Ya en la historia antigua las civilizaciones idealizaban modelos de ciudades donde primaba la perfección y la funcionalidad para una mejor convivencia de sus habitantes en relación a sus creencias religiosas, defensa y sanidad. Son ejemplos de estos los primeros proyectos urbanísticos, como la ciudad de Mileto diseñado por Hipodamo (498-408 aC) en base a planos1 urbanos en cuadrícula, las urbes de fundación romana con similares planos, fortificadas por murallas y con un espacio central político–religioso, o la ciudad de Tenochtitlán organizada por viales paralelos y perpendiculares entre sí, con una céntrica plaza edificada por templos de funciones civiles, ceremoniales y religiosos.

Estos modelos urbanísticos han servido de prototipo para futuros planos urbanos, rediseñados para funciones religiosas, como el caso de las ciudades de nueva fundación (San Cristóbal de la Laguna, Santo Domingo, Veracruz o Cartagena de Indias), para funciones militares con murallas geométricamente abaluartadas (Bourtange, Palmanova o Neuf-Brisach) o bien para funciones higiénicas, de seguridad y adaptación a los medios de transporte (Nueva York, Buenos Aires, Atenas, Ciudad del Cabo).

Pero no muchas ciudades han optado por crecer en base a planos ortogonales. Existe una multiplicidad de ellos, y pueden distinguirse en radioconcéntricos, lineales o irregulares.

Los planos urbanos radioconcéntricos, aunque su perfección y funcionalidad es la misma que la de los ortogonales, se encuentran en algunas capitales mundiales como Canberra, París o Moscú. Su estructura urbana consiste en que a partir de un lugar central (plaza, monumento, edificio religioso) se extienden viales hacia la periferia uniendo a otros lugares centrales y/o circunvalando la población. Una magnífica demostración de este plano se da en la actual urbanización de Sun City y que se ha convertido en un boceto a seguir para futuros planos urbanísticos.

Numerosa es la existencia de núcleos de población cuyo entramado es totalmente irregular. Tetuán, La Meca o Toledo, todas ellas de influencia musulmana, crecían sin orden alguno, de ahí que el plano sea irregular con viales estrechos, tortuosos y frecuentemente sin salida. A pesar de no ser un entramado modélico e ideal por sus limitadas funciones en seguridad, sanidad y acortamiento de desplazamientos, es el más reproducido en las urbanizaciones de segunda residencia, como encontramos en Moraira, Calpe o Jávea.

De otro lado, muchas ciudades crecieron a lo largo de vías de comunicación. Junto a una vía o calzada principal se localizan a ambos lados los edificios civiles, y en torno a ellos se extiende el núcleo de población siguiendo un plano lineal. Sobre la Vía de la Plata (El cubo de Tierra del Vino, Aldeanueva del Camino), el Camino de Santiago (Santo Domingo de la Calzada, Frómista) o la famosa Route 66 (Flagstaff, Joplin). Esta tipología de plano urbano lineal fue concebida por muchos urbanistas como una ciudad ideal con fines higienistas y naturales formada por viviendas unifamiliares exentas a los lados de calles espaciosas y amplias zonas ajardinadas. Son frecuentes en la periferia de las grandes ciudades, como Londres (Letchworth, Welwyn), en urbanizaciones de segunda residencia (Las Vegas, Florida) o en capitales mundiales (Brasilia).

Por último, existen otras tipologías de planos que no siguen ninguno de los órdenes mencionados anteriormente, y forman parte de esa actual y futura utopía urbana, como es el caso de la ciudad espiral (Auroville), ciudades bajo tierra (Derinkuyu, Kaymakli, Cuevas de Almanzora), ciudad Palmera y El Mundo (Dubai).

Proyectos idealistas, fantasiosos, ilusionistas como queramos decirlo, pero todos ellos pretenden asemejarse a la perfección y equilibrio entre medio humano y natural que se cree que seguía aquella mítica ciudad de la Atlántida y de la que hoy en día sigue siendo una urbtopía.

Para una mejor comprensión, 
os aconsejamos que sigáis el 
itinerario marcado en el 
siguiente enlace 
¡Feliz viaje! 

1El plano: es la forma que adopta el callejero de todo núcleo de población.
 

martes, 1 de abril de 2014

Y LA UNIÓN EUROPEA ¿QUÉ? por Irene Laborda



Europa, cuna de la cultura y el desarrollo occidental, colonizadora y gestora de los recursos globales, tras la Segunda Guerra Mundial configuró su autoridad en la era moderna como actor principal junto a EEUU y Japón. Cuando Japón entra en crisis, es relegado a un puesto secundario, quedando EEUU y la UE como los dos principales tomadores de decisiones, manteniendo así una hegemonía heredada a costa del subdesarrollo de las antiguas colonias
Primero la CECA, después la CEE y finalmente la UE han ido cosechando éxitos económicos y sociales, dando prosperidad y seguridad a sus ciudadanos.
Pero en la actualidad la UE está en una época confusa y cambiante donde ya nada es lo que era. En tan solo dos décadas (desde la caída del Muro de Berlín) el mapa geopolítico mundial parece desplazarse hacia el Este. Las áreas del Pacífico eclosionan económica y demográficamente. Incrementando su capacidad de negociación y su fuerza en los asuntos geoestratégicos.
Además, a partir de 2010 la crisis económica debilita los cimientos dejando ver debilidades y problemas no resueltos de una Unión que no lo es tanto en cuanto muchas grandes decisiones se toman en función de los intereses particulares de unos Estados u otros.

¿Dónde queda la Unión Europea en el actual contexto geopolítico?

Para responder esta pregunta hemos de definir en primer lugar qué es la UE. Según Emilio Lamo de Espinosa[1] más que una federación (o incluso una confederación), es un original método de articulación internacional, inter-estatal, que puede extenderse como una mancha de aceite y, tendencialmente al menos, podría llegar a abarcar al mundo entero; una alternativa real al sistema de Naciones Unidas; éste basado en la soberanía de los Estados y la UE en la soberanía compartida.
¿Dónde se sitúa entre las demás potencias mundiales? Durante los últimos años se han sucedido una serie de hechos que muestran una preocupante actitud de desafío hacia Europa. Rusia es la que en los últimos años ha decidido saltarse varias veces el protocolo diplomático. Su empeño en llegar hasta el Mediterráneo por el Bósforo desde el Mar Negro sigue intacto desde la I Guerra Mundial al menos. En 2008 invadió Georgia pese a las recomendaciones de la UE y el 18 de este mes de marzo Putin anunció la anexión de Crimea.

¿Cómo reacciona la UE ante esta crisis diplomática?

Muchos artículos de opinión han recalcado el papel de la UE en este conflicto (de momento) diplomático. Algunos han sido críticos con su actitud pasiva, de sancionador administrativo, otros creen que es una oportunidad para destacar como actor con peso geopolítico.  Pero de momento la UE se dedica a adelantar los cambios en política energética y de defensa y los  países miembros del G8 (de los cuales 4 son europeos) han expulsado a Rusia del grupo.

Pero ¿son los únicos cambios que ha de haber en la UE?

Hillary Clinton durante su toma de posesión como Secretaria de Estado dijo que los tres grandes instrumentos de la acción exterior de una potencia pueden ser agrupados bajo las «tres D»: defensa, diplomacia y desarrollo
Analicemos pues las 3 D de la UE.

Defensa: El gasto en defensa de la UE representa el 25% [2] del gasto mundial lo que nos dice que nos mantenemos en el Rankin de poder. Así pues, pese a la fama inmerecida de potencia blanda, las cifras dicen que Europa sigue siendo digna de respeto. Entonces ¿Por qué se tiene la percepción de que la UE no es una potencia armamentística? Tal vez porque las fuerzas armadas con las que cuenta la UE, pese al ingente gasto militar, siguen siendo ejércitos convencionales, estatales, no un ejército común europeo que defienda los intereses de la UE. Además dependiendo del poder económico de cada estado los medios humanos tienen más o menos medios tecnológicos para ser eficientes y eficaces. Esto es debido a que de nuevo son prioritarios los intereses particulares de cada Estado Miembro respecto a los de la UE.

Diplomacia: Los europeos mantienen abiertas un total de 3.230 legaciones en el exterior, de los que 2.172 serían embajadas de los Estados miembros, 933 consulados y 125 delegaciones de la Comisión y del Consejo. Para mantener en funcionamiento sus servicios exteriores y atender dichas legaciones, los ministerios de los 25 Estados miembros emplean a aproximadamente ciento diez mil personas.
Los datos de ayuda al Desarrollo también son abrumadores. En los sólo cinco años transcurridos entre 2003 y 2008, la mitad de los miembros de la UE alcanzaron el objetivo de destinar al desarrollo el 0,39% de su renta nacional bruta[3].
Hay una sobrerrepresentación de la UE pues cada Estado tiene la suya y se destina mucho dinero siendo poco efectiva. Durante las diferentes crisis se ha puesto de manifiesto la ausencia de consenso político y la falta de Gobernanza interestatal, incluso intra -estatal de la UE


Desarrollo: Las diferencias económicas y de desarrollo entre los distintos países de la Unión Europea trataron de paliarse con ayudas durante la integración en los 90’, pero no se consiguió un desarrollo de base, solo un crecimiento económico y las consecuencias de esta desigualdad y el desapego entre países de la Unión la estamos sufriendo ahora a raíz de la crisis.
Incluso la ayuda al desarrollo en países del 3er Mundo, al no estar bien coordinada no se gestiona correctamente habiendo duplicidades y carencias no resueltas que suponen una pérdida de efectividad que transforma la cooperación al desarrollo en meros gestos particulares de las relaciones exteriores de cada País Miembro. Estas deficiencias de cohesión nos impiden llegar a unos objetivos fijos, igualitarios que como unión de Estados deberíamos tener.

Una vez analizados los factores que conforman a una potencia hegemónica ¿Qué retos ha de afrontar de una vez la UE?

Que la UE está en crisis es una realidad, pero no es algo exclusivamente económico. La Unión Europea ha de evolucionar, salir de la rutina establecida en los últimos años y buscar un proyecto común viable y fuerte, que recupere su estatus en la geopolítica mundial siempre que realmente se quiera conformar una potencia común. Para ello es preciso enfrentarse a unos retos inmediatos. La alternativa 0, la inacción, supondría el fin de la UE como tal, así que han de adoptarse medidas urgentes.
El que parece más prioritario es el de una estrategia global para salir de la crisis, dado que este problema es el más inmediato.


Es bueno que la crisis económica ponga sobre la mesa la necesidad de una Gobernanza Económica Común, es decir, olvidar el proteccionismo que ha fomentado la competencia y las tensiones entre países de la Unión para encontrar un consenso global y una convergencia económica que diluyan las amplias diferencias entre países. Para contribuir a ello deberían dirigir todos los esfuerzos hacia una economía social de mercado competitiva y sostenible. La UE necesita ser productiva sin tener que importar el modelo asiático. Por ello la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación es fundamental para ese nuevo plan de Política Energética Común, que hoy urge a raíz del conflicto con Ucrania, y así luchar contra la dependencia que tenemos del exterior; fomentando la investigación y producción de las Energías Renovables que permitirían un desarrollo sostenible acorde con los preceptos ecologistas de la UE. Además podría suponer la creación de una neo -industria que supla las deficiencias productivas derivadas de la deslocalización.
Otro desafío será la demografía. Una unión política que favorezca la natalidad es imprescindible si queremos mantener el estado del bienestar actual (Sistema de Pensiones) y para ello deberían generalizarse las políticas de conciliación entre vida laboral y personal que ya se dan en la mayoría de países del norte. Además favorecer reformas laborales para fomentar el trabajo fijo que de seguridad a las familias. Otra solución es dejar entrar a inmigrantes jóvenes que mantengan nuestro sistema social. El problema es que si los jóvenes no pueden trabajar no van a poder crear una familia y por tanto no habrá remplazo generacional. Además si no cotizan el sistema de solidaridad intergeneracional es inaplicable. Si los mayores no pueden jubilarse ocupan plazas laborales que personas más jóvenes podrían ocupar. Lo que supone un círculo vicioso. El modelo alemán de pensiones ha demostrado ser ineficiente y ahora quieren expórtalo a los países del sur. Esa no es la solución y habrá que idear algo nuevo a nivel comunitario pues es toda Europa la que envejece.

Estos retos entre otros se pueden encontrar en el PROYECTO EUROPA 2030[4] publicado en 2010. Otro proyecto con buenas intenciones guardado en algún cajón.
En mi opinión otro gran reto es la coyuntura de Gran Bretaña, es difícil convencerse de ser una Unión cuando uno de sus miembros va por libre e incluso en ocasiones gana económicamente cuando el Euro pierde. Eso no es permisible y pronto o tarde tendrán que enfrentarse a ese problema.
En conclusión creo que lo que necesitamos es más Europa y menos proteccionismo nacionalista, sin olvidar la importancia de lo local. Una Gobernanza más desarrollada y la implicación de todos los ciudadanos de la Eurozona sin distinción N-S, E-W en un proyecto común. Es una inversión de futuro si queremos mantenernos entre las grandes potencias. Deshacer la UE solo traería problemas e inseguridad. Como dijo Esopo “la unión hace la fuerza” y los mandatarios deberían dejar de aplicar medidas cortoplacistas. Los sistemas y las personas evolucionan y los gobiernos deben evolucionar a la par. No podemos aferrarnos a modelos obsoletos y claramente ineficientes e insuficientes.




[1] Europa después de Europa. (2010).Emilio Lamo de Espinosa (coordinador).Academia de Ciencias y Artes. 621 Pág. Acceso: http://www.academia-europea.org/pdf/Europa%20despues%20de%20Europa.pdf
[2] Cifras de Nick Witney, «Re-energising Europe’s Security and Defence Policy». European Council on Foreign Relations, julio de 2008, pp. 59-65.
[3] Europa después de Europa.(2010).Capitulo 7. La gobernabilidad del mundo y la fragmentación del poder europeo. Redactado por José Ignacio Torreblanca (pp.365-414)

[4] Proyecto Europa 2030. Retos y Oportunidades. Informe al Consejo Europeo del Grupo de Reflexión sobre el futuro de la UE en 2030.Mayo 2010. 58 Pág.  Acceso: http://www.consilium.europa.eu/uedocs/cmsUpload/es_web.pdf