jueves, 5 de diciembre de 2013

INTRODUCCIÓN A LOS RIESGOS HIDROLÓGICOS I: CUENCA DE DRENAJE por Ángel López


Hay muchas formas diferentes de delimitar regiones para el estudio de la superficie terrestre. Pero una de las formas más útiles atendiendo a procesos y formas naturales es el de las cuencas hidrográficas. Sin ir más lejos, en España, la gestión medioambiental, especialmente de los recursos hídricos, es competencia de las Confederaciones Hidrográficas, entidades cuyo territorio de gestión corresponde a las cuencas hidrográficas de uno o varios de los ríos del territorio estatal. 


Las cuencas de drenaje o hidrográficas están limitadas y separadas unas de otras por las divisorias de aguas. La divisoria de aguas es la línea que comunica las zonas más altas del relieve y que representa el punto de cambio de pendiente en el que se dividirá el agua precipitada hacia cada una de las vertientes.


La red de drenaje es la red de canales que recoge la escorrentía superficial producida en la cuenca y la traslada de los afluentes al cauce principal y de aquí al mar. 


Así, las cuencas hidrográficas (fig.1) son unidades territoriales delimitadas por una divisoria de aguas en las que el agua precipitada es  drenada por un sistema fluvial articulado en un río principal y sus afluentes hasta la desembocadura en el mar en el caso de las cuencas exorreicas, o hasta lagos interiores en el caso de las cuencas endorreicas.


Fig. 1: Cuenca de drenaje del Barranc d’Irta. Datos MDT IGN. Elaboración propia

Las cuencas de drenaje no son homogéneas en su superficie sino que dentro de ellas se pueden delimitar zonas (fig.2), correspondientes a  ambientes en los que predominan diferentes procesos geomorfológicos e hidrológicos, que interactúan entre ellos formando distintos tipos de modelado:

Fig.2 División por zonas de la cuenca de drenaje. Datos MDT IGN. Elaboración propia


Cuenca alta: Esta primera zona se caracteriza por un relieve abrupto, formado por los picos y cimas de sierras y cordilleras. El agua caída en la precipitación escurre ladera abajo con un alto poder erosivo debido principalmente a las grandes pendientes que aumentan la velocidad, como puede verse en los valles encajados y en forma de V. La alta capacidad de erosión y la prácticamente nula sedimentación hace que esta zona sea la parte de la cuenca productora de sedimentos, destacando los bloques y carga gruesa desprendidos del relieve.

Cuenca media: En esta zona las formas del relieve son más suaves, predominan las colinas y las laderas y piedemontes de las cordilleras. En esta zona la pendiente empieza a ser menor por lo que el agua escurre con menor velocidad, tiene menos poder erosivo y menor fuerza para transportar sedimentos. Así, aunque no desaparece el proceso de erosión sí que empieza a producirse deposición, sobretodo de bloques y gravas que el agua ya no tiene fuerza para transportar, quedando más o menos equilibrados ambos procesos. La forma del valle no es tan pronunciada como en la cuenca alta, ya que el rio empieza a modelar su cauce con materiales más finos.  

Cuenca baja: Aquí el relieve es mayoritariamente plano, las formas que destacan son las llanuras de inundación, los conos de deyección o abanicos aluviales, los deltas y los humedales. El proceso predominante es el de deposición, ya que al ser el relieve casi horizontal el agua fluye con mucha menos velocidad y no tiene la suficiente fuerza para transportar los sedimentos, por lo que se depositan las arenas, limos y arcillas. El perfil transversal de las llanuras de inundación es plano y puede llegar a ser cóncavo cuando el río acumula sedimentos lateralmente como ocurre con algunos ríos meandrizantes o en los canales de los deltas (fig.3).










Fig. 3: Perfil longitudinal del Barranc d’Irta y perfiles transversales del cauce en cada una de las zonas. Elaboración propia


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