jueves, 5 de diciembre de 2013

PETROLEO, MOVILIDAD Y URBANISMO II por Estefanía Ferrà



Urbanismo y energía, más relacionado de lo que nos creemos


Entonces, si el transporte  y la movilidad de personas es uno de los elementos que más van a padecer en un futuro sin petróleo ¿qué podemos hacer? En este caso no basta con separar la basura o con otras acciones a pequeña escala, la solución ha de ser urbanística y ha de pasar por la creación de modelos en los que sea menos necesario recorrer grandes distancias entre el hogar, el trabajo, los lugares de abastecimiento de alimentos, el ocio… en otras palabras, haciendo que nos podamos mover a pie, en bicicleta o en metro/tren y menos en coche.


Siempre que hablo de esto con amigos no hay vez que no salte alguna persona diciendo que-eso-en-otros-sitios-no-pasa, que en otros países se tiene más previsión de un futuro sin petróleo y que los políticos son más cívicos, y nos les falta razón; pero los países paradigmáticos en este menester tienen el tamaño de un garbanzo poblacional o de superficie  (véase Bélgica y su red de tren que conecta perfectamente la malla de ciudades intermedias o Noruega con menos habitantes que la provincia de Barcelona).


Por ese motivo y porque ser crítico también significa ensalzar algunas virtudes, voy a romper una lanza a favor del área metropolitana de Valencia en comparación con el área metropolitana de Manchester (Greater Manchester). Aún a riesgo de que parezca que estoy mezclando churras con merinas las dos son la tercera mayor aglomeración de su país y, salvando las diferencias, comparten similitudes como la relevancia de los servicios,  ciudades universitarias, etc. Sin embargo la ciudad inglesa, desde un tiempo a esta parte, está llevando a cabo un proyecto de reducir los movimientos en coche como forma de poder afrontar de una manera más holgada el futuro escenario energético.
                     EVOLUCIÓN URBANA Y DE LA DEPENDENCIA DEL PETRÓLEO DEL GREATER MANCHESTER

El gran tamaño de esta área metropolitana (52 km de Este a Oeste y 40 de Norte a Sur) ya es un problema en sí mismo para los movimientos diarios entre las personas, a lo que se le añade el elevado precio del transporte público debido a su privatización iniciada durante el periodo Thatcher (la cual sigue vigente) y a su vez una desconexión entre los cuatro modos de transporte de la ciudad (Metroshuttle, Tram, Tren y autobuses) puede suponer que ir a trabajar usando cualquier transporte colectivo tenga un coste de 5 libras diarias y se pueden llegar a emplear dos horas al día entre ida y vuelta y tenemos que recordar que ¡todo dentro de la misma área metropolitana!  En vista de esto parece lógico el éxito del transporte privado frente al público.

(para saber más aquí está la página de la región http://www.traveline-northwest.co.uk/journeyplanner/enterJourneyPlan.do). 

Solución en ambos casos: gentrificación:

El gobierno de la región tiene claro que este modelo de dependencia del transporte es insostenible a largo plazo, al menos con un coste asequible. Durante estos años del siglo XXI se ha intentado facilitar el acceso entre todas las áreas del Greater Manchester; sin embargo la montaña no ha ido a Mahoma…así que la otra solución ha sido, que Mahoma vaya a la montaña, es decir, acercar la vivienda de los mancunianos a sus puestos de trabajo, ocio, compra, etc. mediante el movimiento de la gentrificación  (aburguesamiento en castellano). Este consiste en volver a poner al centro de moda, y en eso los valencianos ya estamos entrenados, a saber… los barrios del Carmen y actualmente Ruzafa (que le pregunten a los modernos su hubieran querido vivir allí hace 15 años –sólo se aceptan respuestas sinceras-).

En este fenómeno de gentrificación Valencia tenía mucho terreno ganado en comparación a Manchester, ya que los barrios estaban ahí y sólo había que hacer planes para atraer a gente joven con ingresos mediante una limpieza de cara. Haciendo el contrapunto al emblema de los ’80 y ’90 de que el Estado de Bienestar está en urbanizaciones periféricas como Godella, Valterna, Mas Camerena, había que convertir al centro en el must de Valencia atrayendo al mismo tiempo a algunas sedes a que se instalaran allí ocupando antiguos edificios emblemáticos (como la UIMP o el colegio mayor Rector Pesset) y hacer algún que otro plan RIVA y voilà ya tenemos gentrificación.

En el caso de Manchester está siendo más complicado ya que el centro es relativamente muy pequeño en comparación con el tamaño del área metropolitana, así que se las están teniendo que ingeniar construyendo en altura, aprovechando antiguas fábricas, con la piqueta y ampliando el área considerada centro. Al parecer, lo están haciendo bien puesto que ha sido recientemente votada como la mejor ciudad del Reino Unido[1]

 Todo y que hay que ser crítico con Valencia la vida de barrio siempre ha sido un elemento de identidad para nosotros.  En algunas zonas la cohesión ha sido más fuerte que en otras, pero esto ha dibujado durante años lo que actualmente tenemos: un área metropolitana compacta que potencialmente podrá adaptarse al futuro energético con facilidad pero en la que hay que seguir invirtiendo para que el transporte público ocupe más terreno, sea más frecuente, que tenga la prioridad de paso y conecte más áreas; en hacer la bicicleta un medio de transporte más seguro y con mayor facilidad para transitar por la ciudad y conservando una dimensión hecha para el humano, construyendo en altura y manteniendo una buena densidad demográfica.



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