jueves, 5 de diciembre de 2013

Bienvenidos



¿Cuál es la capital de Honduras? me preguntó alguien cuando le dije que era geógraf@, y es que parece bastante extendida en la sociedad una percepción errónea, o por lo menos incompleta, de lo que es la Geografía.  Tras cinco años de carrera, la pregunta más difícil a la que nos hemos enfrentado es ¿a qué se dedica un geógrafo? Y esperamos que la respuesta os la de este blog.


Esta percepción de la Geografía es comprensible debido a que durante muchos años, y aun en la actualidad, en España, se ha asociado  la ciencia de la geografía únicamente con la geografía descriptiva que se enseña en los colegios, que se reduce básicamente a aprenderse de memoria los ríos, cordilleras y provincias. Y aunque sí que es cierto que una parte de la geografía es descriptiva, en realidad es mucho, muchísimo más que eso.  


¿Qué es la geografía? La geografía es la ciencia que describe la Tierra y señala la distribución en el espacio de los elementos y fenómenos que se desarrollan sobre su superficie. Pero además se ocupa de estudiar el territorio, tanto los elementos físicos, naturales y antrópicos que lo forman como las relaciones entre ellos. Así, mientras otras ciencias se ocupan de estudiarlos de forma individual y específica, la geografía se ocupa de ellos en su conjunto y trata de analizar los resultados de la interacción de dichos procesos, obteniendo conocimiento sobre cómo funciona el espacio donde vivimos de una forma más completa.  


Así pues la geografía como ciencia del territorio resulta muy útil y necesaria a la sociedad, como se está viendo de forma cada vez más clara en el ámbito profesional, donde el geógrafo va adquiriendo protagonismo en los procesos de análisis y toma de decisiones tanto en las empresas privadas como en instituciones públicas dedicadas al medio ambiente, a la planificación y gestión territorial o al desarrollo social y económico.  


Esta ciencia humanista nos ayuda a resolver dudas como el por qué unas zonas son lluviosas y húmedas y otras secas y áridas, pero también cómo hemos llegado a la actual distribución de la riqueza o de la pobreza en el mundo, la importancia de conocer y mejorar la relación de la actividad del hombre con el medio que lo rodea, las diferencias demográficas regionales, el origen y desarrollo de las ciudades o cómo interpretar y elaborar un mapa junto sus elementos cartográficos (escala, norte…).


Las perspectivas de futuro de la disciplina dependen de la capacidad de los geógrafos de hacer comprender a la sociedad las posibilidades que tiene la geografía de colaborar en el estudio y solución de problemas ambientales y territoriales mediante equipos multidisciplinares.

Entendemos que nuestra profesión es complicada de definir, pero siempre va acompañada de algo indispensable, la pasión que nos despierta a quienes la ejercemos o tratamos de ejercerla. Con este blog trataremos de transmitiros esa pasión y de paso acercaros a nuestro mundo, que también es el vuestro, para que descubráis todo lo que puede dar de si la geografía.


Esto será como un viaje al conocimiento, pero de forma distendida y amena (como tiene que ser un viaje). Tal vez, dentro de un tiempo hayamos conseguido contagiar a algunos de vosotros un poco. Lo suficiente para que cuando conozcáis a un/a geógrafo/a no tengáis que preguntarle: y tu ¿a qué te dedicas?

PETROLEO, MOVILIDAD Y URBANISMO II por Estefanía Ferrà



Urbanismo y energía, más relacionado de lo que nos creemos


Entonces, si el transporte  y la movilidad de personas es uno de los elementos que más van a padecer en un futuro sin petróleo ¿qué podemos hacer? En este caso no basta con separar la basura o con otras acciones a pequeña escala, la solución ha de ser urbanística y ha de pasar por la creación de modelos en los que sea menos necesario recorrer grandes distancias entre el hogar, el trabajo, los lugares de abastecimiento de alimentos, el ocio… en otras palabras, haciendo que nos podamos mover a pie, en bicicleta o en metro/tren y menos en coche.


Siempre que hablo de esto con amigos no hay vez que no salte alguna persona diciendo que-eso-en-otros-sitios-no-pasa, que en otros países se tiene más previsión de un futuro sin petróleo y que los políticos son más cívicos, y nos les falta razón; pero los países paradigmáticos en este menester tienen el tamaño de un garbanzo poblacional o de superficie  (véase Bélgica y su red de tren que conecta perfectamente la malla de ciudades intermedias o Noruega con menos habitantes que la provincia de Barcelona).


Por ese motivo y porque ser crítico también significa ensalzar algunas virtudes, voy a romper una lanza a favor del área metropolitana de Valencia en comparación con el área metropolitana de Manchester (Greater Manchester). Aún a riesgo de que parezca que estoy mezclando churras con merinas las dos son la tercera mayor aglomeración de su país y, salvando las diferencias, comparten similitudes como la relevancia de los servicios,  ciudades universitarias, etc. Sin embargo la ciudad inglesa, desde un tiempo a esta parte, está llevando a cabo un proyecto de reducir los movimientos en coche como forma de poder afrontar de una manera más holgada el futuro escenario energético.
                     EVOLUCIÓN URBANA Y DE LA DEPENDENCIA DEL PETRÓLEO DEL GREATER MANCHESTER

El gran tamaño de esta área metropolitana (52 km de Este a Oeste y 40 de Norte a Sur) ya es un problema en sí mismo para los movimientos diarios entre las personas, a lo que se le añade el elevado precio del transporte público debido a su privatización iniciada durante el periodo Thatcher (la cual sigue vigente) y a su vez una desconexión entre los cuatro modos de transporte de la ciudad (Metroshuttle, Tram, Tren y autobuses) puede suponer que ir a trabajar usando cualquier transporte colectivo tenga un coste de 5 libras diarias y se pueden llegar a emplear dos horas al día entre ida y vuelta y tenemos que recordar que ¡todo dentro de la misma área metropolitana!  En vista de esto parece lógico el éxito del transporte privado frente al público.

(para saber más aquí está la página de la región http://www.traveline-northwest.co.uk/journeyplanner/enterJourneyPlan.do). 

Solución en ambos casos: gentrificación:

El gobierno de la región tiene claro que este modelo de dependencia del transporte es insostenible a largo plazo, al menos con un coste asequible. Durante estos años del siglo XXI se ha intentado facilitar el acceso entre todas las áreas del Greater Manchester; sin embargo la montaña no ha ido a Mahoma…así que la otra solución ha sido, que Mahoma vaya a la montaña, es decir, acercar la vivienda de los mancunianos a sus puestos de trabajo, ocio, compra, etc. mediante el movimiento de la gentrificación  (aburguesamiento en castellano). Este consiste en volver a poner al centro de moda, y en eso los valencianos ya estamos entrenados, a saber… los barrios del Carmen y actualmente Ruzafa (que le pregunten a los modernos su hubieran querido vivir allí hace 15 años –sólo se aceptan respuestas sinceras-).

En este fenómeno de gentrificación Valencia tenía mucho terreno ganado en comparación a Manchester, ya que los barrios estaban ahí y sólo había que hacer planes para atraer a gente joven con ingresos mediante una limpieza de cara. Haciendo el contrapunto al emblema de los ’80 y ’90 de que el Estado de Bienestar está en urbanizaciones periféricas como Godella, Valterna, Mas Camerena, había que convertir al centro en el must de Valencia atrayendo al mismo tiempo a algunas sedes a que se instalaran allí ocupando antiguos edificios emblemáticos (como la UIMP o el colegio mayor Rector Pesset) y hacer algún que otro plan RIVA y voilà ya tenemos gentrificación.

En el caso de Manchester está siendo más complicado ya que el centro es relativamente muy pequeño en comparación con el tamaño del área metropolitana, así que se las están teniendo que ingeniar construyendo en altura, aprovechando antiguas fábricas, con la piqueta y ampliando el área considerada centro. Al parecer, lo están haciendo bien puesto que ha sido recientemente votada como la mejor ciudad del Reino Unido[1]

 Todo y que hay que ser crítico con Valencia la vida de barrio siempre ha sido un elemento de identidad para nosotros.  En algunas zonas la cohesión ha sido más fuerte que en otras, pero esto ha dibujado durante años lo que actualmente tenemos: un área metropolitana compacta que potencialmente podrá adaptarse al futuro energético con facilidad pero en la que hay que seguir invirtiendo para que el transporte público ocupe más terreno, sea más frecuente, que tenga la prioridad de paso y conecte más áreas; en hacer la bicicleta un medio de transporte más seguro y con mayor facilidad para transitar por la ciudad y conservando una dimensión hecha para el humano, construyendo en altura y manteniendo una buena densidad demográfica.



PETROLEO, MOVILIDAD Y URBANISMO I por Estefanía Ferrà


Todos los aquí lectores habremos escuchado más de una vez que el petróleo se termina, que nuestro estilo de vida es insostenible, que tenemos que tomar medidas para hacer la transición energética de la manera menos brusca  posible y, de alguna manera, nosotros los ciudadanos somos los culpables del daño que la quema de combustibles fósiles está infligiendo en el planeta. Los geógrafos estudiamos el territorio y actuamos sobre él, por eso tenemos en nuestras manos más de una herramienta para ayudar a la transición energética desde muchas perspectivas tales como la alterglobalización, el comercio justo, el uso de energías alternativas, etc. pero en este artículos vamos a ver cómo la forma de las ciudades influye en el consumo de energía.


La curva de Hubert vs. Otras estadísticas ¿a quién le hacemos caso?


La primera alarma a propósito de que el petróleo llegaría algún día a su fin la lazó H.K. Hubbert en 1956 (ver figura 1). Este autor analizó los datos de producción y de consumo de petróleo en EE.UU. y elaboró la gráfica y la teoría del peak oil, el momento en el que se alcanzaría la producción máxima de este recurso y, que desde ese punto, ésta empezaría a decrecer más o menos paulatinamente.


Figura 1: Curva de producción de petróleo en EE.UU. (Hubbert, 1956)[1]


Según esta teoría, si el consumo se mantenía igual que el previo al 1956 y con los recursos que se conocían en aquel entonces, el peak oil se dio alrededor de 1973, en EEUU, coincidiendo con la crisis del petróleo. –Nótese que la gráfica tiene dos líneas a partir de los primeros ‘50s por los hallazgos de crudo en Alaska.


Pero en esta cuestión no se ha llegado a un consenso y bien se puede emplear la expresión de que según el santo son las cortinas, ya que viendo los datos de producción y consumo de Bristish Petroleum (ver figura 2) la producción de petróleo es, levemente, superior al consumo del mismo y, aunque las variables aumenten a causa de los nuevos países emergentes, queda margen para cubrir la demanda de esta fuente de energía, y es más, aseguran en el último BP Energy Outlook (Enero de 2013) que “el mundo tiene reservas de petróleo y de gas natural suficientes para hacer frente a los futuros aumentos de la demanda. A finales de 2011, las reservas conocidas de petróleo eran suficientes para asumir los próximos 54 años de producción (desde 2011), y para el gas natural los próximos 64 años” [The world has ample proved reserves of oil and natural gas to meet expected future demand growth. At the end of 2011, global proved reserves of oil were sufficient to meet 54 years of current (2011) production; for natural gas that figure is 64 years.][3]





Figura 2. Relación entre la producción y consumo del petróleo por año[2]. Elaboración propia


No obstante encontramos una tercera figura donde se indica en qué momento prevén  que llegará el peak oil Shell, Campbell oil inc. e BGR Energy, en relación con el momento predicho por Hubbert de pico de producción mundial (alrededor del 2005).


                               Figura 3: Pico del producción del petróleo según Campbell, BGR y Shell. BP e IEA World Energy Outlook (Der Spiegel)


Las  petroleras BGR y Shell preveían el máximo de producción alrededor del año 2025, mientras que Campbell no era tan optimista y lo señalaba alrededor del 2005 como Hubbert predijo a nivel mundial.


En cualquier caso, y ya sea más pronto o más tarde, tendremos que enfrentarnos a un escenario sin petróleo o en el que el petróleo sea tan caro que resulte más rentable buscar otras alternativas; uno de los grandes retos es el transporte por ser el sector con peor pronóstico para los días sin petróleo. Y cuando hablamos de transporte hablamos tanto de los productos chinos que llegan en contenedores al puerto de Valencia, como de irse a Bonaire a comprarse unos vaqueros en el Primark.



Figura 4: Evolución del consumos de petróleo mundial por sectores de actividad. FuenteInternational Energy Agency (IEA) (2010): Key World Energy Statics






[1] Hubbert, MK (1956): Nuclear Energy and Fossil Fuels in Drilling and Production Practice 

INTRODUCCIÓN A LOS RIESGOS HIDROLÓGICOS II. EL CASO DE BIESCAS por Ángel López



En cuanto a procesos naturales, las cuencas de drenaje actúan como una unidad; un suceso ocurrido en cualquier punto de la cuenca tendrá efectos aguas abajo. Un ejemplo de esto es la riada en el campamento de Las Nieves en Biescas, Huesca, en el Pirineo Aragonés. La riada se produjo a raíz de una tormenta el 7 de agosto de 1996 en la que se produjo una precipitación estimada en 250 mm dentro de la cuenca, llegando a una intensidad de 500 mm/h durante 8 minutos. Esta precipitación produjo un caudal de 500 metros cúbicos/s que llegaron al cauce artificial, construido en 1908, con  una capacidad de 120 m3/s. [1].  


La mayor parte de la precipitación cayó en el valle de Betés, en la parte noreste de la cuenca. La alta intensidad de la precipitación junto con las grandes pendientes de las laderas dificultaron la infiltración y favorecieron la escorrentía superficial produciendo un caudal de 400 m3/s que aumento a los 500 m3/s en el tramo principal del Barranco de Aras después de la incorporación del caudal de los otros barrancos. A su paso por este último tramo antes de llegar al cono de deyección el caudal destruyó multitud de presas de retención sedimentaria e incorporó el material de construcción a los sedimentos en el flujo de arrastre.


Cuando este volumen de agua y sedimentos llegó al cono de deyección no pudo ser canalizado por el cauce artificial, de trazado rectilíneo y con una capacidad de 120 m3/s, por lo que se desvió hacia la derecha en dirección al cauce natural inundando en el trayecto el camping de Las Nieves, situado en el cono de deyección desde 1987, dejando 87 fallecidos y la destrucción del camping. Posteriormente al suceso se reconstruyó el cauce artificial, se retiró definitivamente el camping y se construyó otro cauce artificial con un trazado similar al cauce natural y con mayor capacidad que el anterior (Fig.4).



Fig. 4: Mapa del Barranco de Aras, Biescas, Huesca.  Datos MDT IGN. Elaboración propia




[1] García-Ruiz, J.M., White, S., Martí-Bono, C., Balero, B., Errea, M.P. y Gomez Villar, A. (2004): La avenida del Barranco de Arás y los riesgos hidrológicos en el Pirineo Central Español. Universidad de Zaragoza e Institución Fernando el Católico, Zarago.

INTRODUCCIÓN A LOS RIESGOS HIDROLÓGICOS I: CUENCA DE DRENAJE por Ángel López


Hay muchas formas diferentes de delimitar regiones para el estudio de la superficie terrestre. Pero una de las formas más útiles atendiendo a procesos y formas naturales es el de las cuencas hidrográficas. Sin ir más lejos, en España, la gestión medioambiental, especialmente de los recursos hídricos, es competencia de las Confederaciones Hidrográficas, entidades cuyo territorio de gestión corresponde a las cuencas hidrográficas de uno o varios de los ríos del territorio estatal. 


Las cuencas de drenaje o hidrográficas están limitadas y separadas unas de otras por las divisorias de aguas. La divisoria de aguas es la línea que comunica las zonas más altas del relieve y que representa el punto de cambio de pendiente en el que se dividirá el agua precipitada hacia cada una de las vertientes.


La red de drenaje es la red de canales que recoge la escorrentía superficial producida en la cuenca y la traslada de los afluentes al cauce principal y de aquí al mar. 


Así, las cuencas hidrográficas (fig.1) son unidades territoriales delimitadas por una divisoria de aguas en las que el agua precipitada es  drenada por un sistema fluvial articulado en un río principal y sus afluentes hasta la desembocadura en el mar en el caso de las cuencas exorreicas, o hasta lagos interiores en el caso de las cuencas endorreicas.


Fig. 1: Cuenca de drenaje del Barranc d’Irta. Datos MDT IGN. Elaboración propia

Las cuencas de drenaje no son homogéneas en su superficie sino que dentro de ellas se pueden delimitar zonas (fig.2), correspondientes a  ambientes en los que predominan diferentes procesos geomorfológicos e hidrológicos, que interactúan entre ellos formando distintos tipos de modelado:

Fig.2 División por zonas de la cuenca de drenaje. Datos MDT IGN. Elaboración propia


Cuenca alta: Esta primera zona se caracteriza por un relieve abrupto, formado por los picos y cimas de sierras y cordilleras. El agua caída en la precipitación escurre ladera abajo con un alto poder erosivo debido principalmente a las grandes pendientes que aumentan la velocidad, como puede verse en los valles encajados y en forma de V. La alta capacidad de erosión y la prácticamente nula sedimentación hace que esta zona sea la parte de la cuenca productora de sedimentos, destacando los bloques y carga gruesa desprendidos del relieve.

Cuenca media: En esta zona las formas del relieve son más suaves, predominan las colinas y las laderas y piedemontes de las cordilleras. En esta zona la pendiente empieza a ser menor por lo que el agua escurre con menor velocidad, tiene menos poder erosivo y menor fuerza para transportar sedimentos. Así, aunque no desaparece el proceso de erosión sí que empieza a producirse deposición, sobretodo de bloques y gravas que el agua ya no tiene fuerza para transportar, quedando más o menos equilibrados ambos procesos. La forma del valle no es tan pronunciada como en la cuenca alta, ya que el rio empieza a modelar su cauce con materiales más finos.  

Cuenca baja: Aquí el relieve es mayoritariamente plano, las formas que destacan son las llanuras de inundación, los conos de deyección o abanicos aluviales, los deltas y los humedales. El proceso predominante es el de deposición, ya que al ser el relieve casi horizontal el agua fluye con mucha menos velocidad y no tiene la suficiente fuerza para transportar los sedimentos, por lo que se depositan las arenas, limos y arcillas. El perfil transversal de las llanuras de inundación es plano y puede llegar a ser cóncavo cuando el río acumula sedimentos lateralmente como ocurre con algunos ríos meandrizantes o en los canales de los deltas (fig.3).










Fig. 3: Perfil longitudinal del Barranc d’Irta y perfiles transversales del cauce en cada una de las zonas. Elaboración propia


RIESGOS NATURALES: PERCEPCIÓN DISTORSIONADA por Irene Laborda


En este primer post me voy a permitir hacer una introducción de lo que serán mis futuros escritos sobre Riesgos y Desastres Naturales. Normalmente pondré mapas de riesgos de diferentes poblaciones para explicar cuáles son los eventos naturales que afectan a cada zona, pero hoy voy a comentar algo que llevo tiempo meditando:


Una de las primeras cosas que me llamó la atención al estudiar geografía fue la escala temporal de los procesos naturales. A los seres humanos, debido a nuestro corto periodo de vida (corto en comparación con la vida de nuestro planeta o de nuestro sistema solar) nos cuesta imaginar un proceso que dura miles o millones de años desde que comienza hasta que termina.


De hecho no todos los procesos naturales tienen concretamente un principio y un fin como entendemos los humanos. En muchas ocasiones los procesos se detienen, pero no siempre finalizan.


Es el caso de los volcanes, o los ríos torrenciales. Que un volcán haga 200 años que no entra en erupción no significa que el proceso de formación y expulsión del magma haya concluido, significa que “de momento” está inactivo.


Cuando se habla de volcanes, la gente es mucho más consciente del peligro que conllevan por lo impresionante del proceso (piroclástos, nubes de ceniza volcánica, lava, Pompeya). Pero cuando se habla de inundaciones, se quita importancia a un proceso, que aunque menos impresionante, es igual o más destructivo y peligroso que un volcán. Además, estadística e históricamente han causado más daños que una erupción volcánica dado que sus tiempos de retorno suelen ser menores y por tanto, en una escala de tiempo humana, suceden más a menudo. Además de que hay más población viviendo cerca de ríos que de volcanes. Según los datos ofrecidos por EM-DAT entre 1900 y 2013 los 10 eventos de inundación más importantes dejaron 6.627.700 muertos y 168.000.000 (000 US$) de daños.


En cambio los 10 eventos volcánicos más importantes entre 1900 y 2013 causaron 81.195 muertes y 2.863.190 (000US$) de daños. Entonces ¿por qué ningún occidental en pleno SXXI compraría un chalet a los pies de un volcán pero sí al lado o dentro de un barranco? ¿Qué hace que percibamos más unos riesgos que otros? En otros países tendré que analizarlo más detenidamente, pero en España y sobre todo en el Mediterráneo creo sinceramente que se debe al aspecto y fisiología de nuestros ríos.


Cuando hablamos de ríos, la gente tiene en  mente el Danubio, el Ebro o el Mississippi, ríos grandes, profundos y con un flujo constante de agua. Pero en la zona mediterránea esta fisonomía no se cumple. Nuestros ríos no siempre son profundos, ni siempre llevan agua, pero no dejan de ser ríos, con una gran fuerza de arrastre en el momento en que si que llevan agua. Por ello dan una falsa seguridad a todos los que al verlos secos durante un periodo aceptable de años (15 o 20 años, por aquello de la noción de tiempo del ser humano que mencionaba antes) creen que el proceso ha finalizado, que no volverán a llevar agua porque son ríos “secos”.


Río Palancia, Sagunto. Imagen propia


Nuestros ríos se llenan tras gotas frías, o temporadas de lluvias cortas pero intensas. Y claro, entonces, todos aquellos que viven cerca de un barranco se echan las manos a la cabeza: ¡Pero si este barranco no llevaba agua desde hace 50 años! ¡¿Quién iba a pensar que habría una inundación?!


Los geógrafos lo sabemos, se advierte de que el suelo de los barrancos jamás debería ser suelo urbanizable. Y su área de inundación debería ser protegida para evitar excesos urbanísticos. En mi opinión, por una cuestión ecológica y medioambiental, por mantener un paisaje único en el mundo (el mediterráneo) pero si nos lo cuestionamos en términos más mundanos o más pragmáticos, que se haga por mantener a salvo a las personas y sus propiedades.


Nuestros antepasados sabían esto, por ello aprovechaban las ramblas y sus vertientes como zonas de regadío, así, sabían que en primavera y en otoño sus tierras de cultivo tenían asegurada el agua. Pero no se les ocurría construirse un chalet en medio de un barranco, en su área de inundación o en plena desembocadura, porque sabían que como dice el refrán “Ni huerta en sombrío, ni casa junto al río”.


Por ello estoy más que segura de que cuando venga la época de lluvias torrenciales, los telediarios se llenarán de noticias con gente llorando y desesperada porque se ha inundado su casa en la C/del Barranquet, en la C/ Rambla o en la AV. De los Juncos. Los topónimos y el propio nombre de la calle ya nos dan pistas sobre qué era esa zona antes de que el ser humano la asfaltara.


Con esto no pretendo que cunda el pánico, pero sí que se tenga en cuenta, que durante años se ha ido construyendo sin tener siempre en cuenta este riesgo tan común. Por muchas presas y desvíos que queramos construir las fuerzas naturales no son predecibles ni controlables al 100% y menos si para ello se hacen chapuzas en lugar de obras de ingeniería con todos los informes y variables en cuenta. Por ello  ciertas urbanizaciones, polideportivos o colegios cada otoño y/o primavera se inundan y cada otoño y/o primavera hay que pagar para reconstruirlo entre todos. Eso sin contar la pérdida de vidas humanas que no pueden repararse.


Para tener una visión más amplia acerca de este tema os recomiendo el articulo de Francisca Segura “Rambles i Barrancs. Els rius de pedres” en la Revista Mètode