En
este mes de febrero se ha publicado la
noticia, en diversos medios de Latinoamérica, que 2014-2015 será año de “El
Niño” o fenómeno ENSO (El Niño Southern
Oscillation).
Por
ello para los que desconocen en qué medida este evento puede afectar al planeta
esta semana dedico mi post a dar una breve explicación sobre las causas y
consecuencias de este fenómeno. Y bueno también porque me parece un evento muy interesante.
Los
exploradores españoles llamaron El niño
a una corriente marina cálida, por lo general débil, que se deja sentir en las costas
del sur de Ecuador y norte de Perú por fechas navideñas, de ahí su nombre (por
el niño Jesús)
El primer registro de este fenómeno, en Historia
del nuevo mundo, data de 1546. La superficie oceánica de esta zona es
recorrida habitualmente por la
corriente fría de Humboldt, rica en nutrientes, que alimenta a los bancos
de peces (anchoas) y a miles de organismos más. La llegada de estas aguas cálidas
impide el paso de dicha corriente y por tanto de los nutrientes que transporta
ocasionando un descenso del número de peces de la zona. Además también
modifican el régimen de vientos entre el mar y el continente. A partir de Abril
predominan los vientos que soplan desde el continente hacia el mar y hacia Navidad
cesan dichos vientos o incluso invierten su dirección. Este proceso también se
traduce en una subida de las temperaturas por encima de lo habitual, lluvias
intensas e inundaciones. Se llama ENSO o ENOS cuando durante estos episodios
interaccionan procesos oceánicos y atmosféricos.
La
circulación atmosférica configura la denominada célula de Hadley
que va desde el Ecuador hasta los 30º de latitud Sur. El encuentro de los alisios de los dos
hemisferios en la ZCIT
produce un pasillo ascensional en el extremo ecuatorial mientras que en el
sector tropical hay subsidencia traducida en la presencia permanente del anticiclón
de Pascua. A esto se superponen las transferencias energéticas que tienen lugar
entre las costas del Pacífico sur. Este contraste de temperaturas entre las
aguas de la región intertropical del Pacífico motiva la aparición de la célula
de Walker que se dispone a la línea ecuatorial planetaria, y eso
supone:
- Circulación ascendente de vientos desde la superficie sobre Brasil (Amazonia),
África Central (pluvisilvas) y el oeste del Pacífico (Indonesia).
- Subsidencia
en el Pacífico oriental, Atlántico suroriental y sector central del Océano Índico.
En
el Pacífico, la célula de Walker se superpone a la de Hadley condicionando la aparición
de una zona de gran convectividad
y baja presión en la fachada asiática del Pacífico sur (Indonesia y Norte de
Australia). En cambio en las costas de Perú y el norte de Chile se produce una
subsidencia anticiclónica con ausencia de lluvias verticales.
La
situación normal en estas regiones suele ser un verano austral con abundancia
de lluvias en el sector asiático del Pacífico meridional y escasez de las
mismas en el sector sudamericano. En los años de ENSO estas condiciones se
invierten produciéndose lluvias intensas en el área sudamericana y ausencia de
estas en el sector asiático. Cuando la presión sube en el anticiclón de la Isla de Pascua, desciende en
la vaguada ecuatorial de Indonesia y Norte de Australia y viceversa.
El
desarrollo de un ENSO intenso se ratifica cuando se debilita en exceso la
circulación de los alisios del sector sudamericano. En este caso la celda de
Walker se invierte.
Figura1. Circulación atmosférica en condiciones normales. Elaboración Propia
Figura 2.Circulación atmosférica durante el ENSO. Elaboración
Propia
Las causas que desencadenan este fenómeno son aún una incógnita y las hipótesis desarrolladas sobre el tema forman tres grupos:
Los
metereólogos: inclinados hacia la teoría de que las causas son
condicionamientos y factores externos al Pacífico.
Los
oceanógrafos: cuyas hipótesis van dirigidas hacia los mecanismos internos del
Pacífico.
Los escépticos, que creen que no es un evento “extraño” o “ajeno” al funcionamiento “normal” del clima terrestre y creen que le son atribuidas características que responden más a ciclos de cambio producidos a escala local bien debido a la acción antrópica o de forma natural.
Las
primeras teorías (Wyrtki, Mc Creary, Hurlburt) datan de la década de los ‘70s y
apuntaban como posible causa la dinámica oceánica y en particular la respuesta
del océano ecuatorial a las ondas de Kelvin y Rossby que ejercen una
gran acción en la redistribución de calor en el Pacífico ecuatorial. Estas teorías
no dieron resultados concluyentes pero gracias a ellas se relacionó El Niño con
los cambios TSM (Temperatura en la Superficie del Mar) en regiones lejanas a su
origen.
En
los ‘90s las causas se asociaban a teorías sobre la variabilidad climática
interanual en el Pacífico tropical y el acoplamiento entre el océano y la atmósfera
pero tampoco esto logra explicar íntegramente la mecánica del origen de este fenómeno.
Una de estas teorías se basa en que la interacción entre atmósfera y océano
causa inestabilidad en un sistema océano-atmosférico normalmente estable
generando anomalías en la circulación de los vientos de la superficie del mar y
reforzando éstos un calentamiento oceánico anormal.
Otra teoría es la enfocada por la geodinámica interna en la cuenca oceánica del Pacífico, pues la actividad volcánica de las últimas décadas aportaría grandes volúmenes de magma submarino en regiones del Pacífico que generarían diferencias térmicas en regiones subsuperficiales del océano alterando el campo de presión e incidiendo en las corrientes marinas, contribuyendo así al calentamiento marino.
También
está la hipótesis de El Niño Tectónico ( Campoblanco Díaz, Honorio 1998) según
la cual seísmos asociados a inyecciones de flujos electromagnéticos extremos
movilizan los flujos magmáticos expansivos en el interior de la Tierra y tratan
de fugarse a la superficie a través de fracturas existentes en el “Círculo de
Fuego” del Océano Pacífico y otras latitudes. En esta teoría se relaciona dicho
flujo de energía con una explosión de rayos Gamma procedentes del Cosmos que
hubo en 1997 y que se asoció al fenómeno ENOS Tectónico de 1997-98.
Otras suposiciones apuntan a causas externas al sistema oceánico-atmosférico, como el Sol,
observando que los ENOS más intensos coinciden con fases fuera del máximo solar en las
que ocurre un elevado y anómalo número de manifestaciones como ráfagas o
manchas solares. Aún no se ha conseguido distinguir cual de todos estos
factores o qué interacción entre ellos provoca el fenómeno de El Niño y el fenómeno
ENSO. Algunos científicos se ayudan de estos fenómenos para estudiar los
efectos de un cambio climático de corta duración en la vegetación y el suelo de
las zonas afectadas por este evento.
Hay
que comprender que el clima no solo nos afecta a nivel fisiológico, como seres
vivos, sino que condiciona nuestro entorno y por tanto nuestro desarrollo
socioeconómico y cultural. Un cambio brusco en el clima implica un cambio
brusco en todo lo que nos rodea, en nuestros hábitos, nuestra salud, nuestro
entorno e incluso en nuestro carácter. Por tanto un ENSO es muy útil dado que
es apreciable a una escala estudiable (permitidme el neologismo) y de una forma
corta pero intensa. Así pues, esto aporta datos de cómo un cambio en el clima
de una región afecta a la fauna y la flora y qué consecuencias tiene esto para
el ser humano, las ciudades y la vida del planeta. El ejemplo de Perú serviría,
la masa de agua caliente impide que la corriente de agua fría lleve nutrientes a
las costas, lo que implica que los peces no acudan a su fuente de alimento
habitual y por tanto los pescadores deben o alejarse para faenar encareciendo
así el pescado y/o pudiendo crear conflictos diplomáticos con países vecinos, o
quedarse sin trabajo. Ambas cosas repercuten en la política y en la economía de
su país y por tanto en los ciudadanos.
Es
importante concluir que el clima es fundamental para entender los procesos de
creación y desarrollo de una región lo que implica que es fundamental para la
supervivencia de la misma.
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