martes, 4 de marzo de 2014

EL NIÑO - OSCILACIÓN SUR (ENOS) por Irene Laborda

En este mes de febrero se ha publicado la noticia, en diversos medios de Latinoamérica, que 2014-2015 será año de “El Niño” o fenómeno ENSO (El Niño Southern Oscillation).

Por ello para los que desconocen en qué medida este evento puede afectar al planeta esta semana dedico mi post a dar una breve explicación sobre las causas y consecuencias de este fenómeno. Y bueno también porque me parece un evento muy interesante.
Los exploradores españoles llamaron El niño a una corriente marina cálida, por lo general débil, que se deja sentir en las costas del sur de Ecuador y norte de Perú por fechas navideñas, de ahí su nombre (por el niño Jesús)

El primer registro de este fenómeno, en  Historia del nuevo mundo, data de 1546. La superficie oceánica de esta zona es recorrida habitualmente por la corriente fría de Humboldt, rica en nutrientes, que alimenta a los bancos de peces (anchoas) y a miles de organismos más. La llegada de estas aguas cálidas impide el paso de dicha corriente y por tanto de los nutrientes que transporta ocasionando un descenso del número de peces de la zona. Además también modifican el régimen de vientos entre el mar y el continente. A partir de Abril predominan los vientos que soplan desde el continente hacia el mar y hacia Navidad cesan dichos vientos o incluso invierten su dirección. Este proceso también se traduce en una subida de las temperaturas por encima de lo habitual, lluvias intensas e inundaciones. Se llama ENSO o ENOS cuando durante estos episodios interaccionan procesos oceánicos y atmosféricos.

La circulación atmosférica configura la denominada célula de Hadley que va desde el Ecuador hasta los 30º de latitud Sur. El encuentro de los alisios de los dos hemisferios en la ZCIT produce un pasillo ascensional en el extremo ecuatorial mientras que en el sector tropical hay subsidencia traducida en la presencia permanente del anticiclón de Pascua. A esto se superponen las transferencias energéticas que tienen lugar entre las costas del Pacífico sur. Este contraste de temperaturas entre las aguas de la región intertropical del Pacífico motiva la aparición de la célula de Walker que se dispone a la línea ecuatorial planetaria, y eso supone:

- Circulación ascendente de vientos desde la superficie sobre Brasil (Amazonia), África Central (pluvisilvas) y el oeste del Pacífico (Indonesia).

-  Subsidencia en el Pacífico oriental, Atlántico suroriental y sector central del Océano Índico.

En el Pacífico, la célula de Walker se superpone a la de Hadley condicionando la aparición de una zona de gran convectividad y baja presión en la fachada asiática del Pacífico sur (Indonesia y Norte de Australia). En cambio en las costas de Perú y el norte de Chile se produce una subsidencia anticiclónica con ausencia de lluvias verticales.
La situación normal en estas regiones suele ser un verano austral con abundancia de lluvias en el sector asiático del Pacífico meridional y escasez de las mismas en el sector sudamericano. En los años de ENSO estas condiciones se invierten produciéndose lluvias intensas en el área sudamericana y ausencia de estas en el sector asiático. Cuando la presión sube en el anticiclón de la Isla de Pascua, desciende en la vaguada ecuatorial de Indonesia y Norte de Australia y viceversa.
El desarrollo de un ENSO intenso se ratifica cuando se debilita en exceso la circulación de los alisios del sector sudamericano. En este caso la celda de Walker se invierte.


Figura1. Circulación atmosférica en condiciones normales. Elaboración Propia


Figura 2.Circulación atmosférica durante el ENSO. Elaboración Propia

Las causas que desencadenan este fenómeno son aún una incógnita y las hipótesis desarrolladas sobre el tema forman tres grupos:

Los metereólogos: inclinados hacia la teoría de que las causas son condicionamientos y factores externos al Pacífico.

Los oceanógrafos: cuyas hipótesis van dirigidas hacia los mecanismos internos del Pacífico.

Los escépticos, que creen que no es un evento “extraño” o “ajeno” al funcionamiento “normal” del clima terrestre y creen que le son atribuidas características que responden más a ciclos de cambio producidos a escala local bien debido a la acción antrópica o de forma natural.

Las primeras teorías (Wyrtki, Mc Creary, Hurlburt) datan de la década de los ‘70s y apuntaban como posible causa la dinámica oceánica y en particular la respuesta del océano ecuatorial a las ondas de Kelvin y Rossby que ejercen una gran acción en la redistribución de calor en el Pacífico ecuatorial. Estas teorías no dieron resultados concluyentes pero gracias a ellas se relacionó El Niño con los cambios TSM (Temperatura en la Superficie del Mar) en regiones lejanas a su origen.

En los ‘90s las causas se asociaban a teorías sobre la variabilidad climática interanual en el Pacífico tropical y el acoplamiento entre el océano y la atmósfera pero tampoco esto logra explicar íntegramente la mecánica del origen de este fenómeno. Una de estas teorías se basa en que la interacción entre atmósfera y océano causa inestabilidad en un sistema océano-atmosférico normalmente estable generando anomalías en la circulación de los vientos de la superficie del mar y reforzando éstos un calentamiento oceánico anormal.

Otra teoría es la enfocada por la geodinámica interna en la cuenca oceánica del Pacífico, pues la actividad volcánica de las últimas décadas aportaría grandes volúmenes de magma submarino en regiones del Pacífico que generarían diferencias térmicas en regiones subsuperficiales del océano alterando el campo de presión e incidiendo en las corrientes marinas, contribuyendo así al calentamiento marino.

También está la hipótesis de El Niño Tectónico ( Campoblanco Díaz, Honorio 1998) según la cual seísmos asociados a inyecciones de flujos electromagnéticos extremos movilizan los flujos magmáticos expansivos en el interior de la Tierra y tratan de fugarse a la superficie a través de fracturas existentes en el “Círculo de Fuego” del Océano Pacífico y otras latitudes. En esta teoría se relaciona dicho flujo de energía con una explosión de rayos Gamma procedentes del Cosmos que hubo en 1997 y que se asoció al fenómeno ENOS Tectónico de 1997-98.

Otras suposiciones apuntan a causas externas al sistema oceánico-atmosférico, como el Sol, observando que los ENOS más intensos coinciden con fases fuera del máximo solar en las que ocurre un elevado y anómalo número de manifestaciones como ráfagas o manchas solares. Aún no se ha conseguido distinguir cual de todos estos factores o qué interacción entre ellos provoca el fenómeno de El Niño y el fenómeno ENSO. Algunos científicos se ayudan de estos fenómenos para estudiar los efectos de un cambio climático de corta duración en la vegetación y el suelo de las zonas afectadas por este evento.

Hay que comprender que el clima no solo nos afecta a nivel fisiológico, como seres vivos, sino que condiciona nuestro entorno y por tanto nuestro desarrollo socioeconómico y cultural. Un cambio brusco en el clima implica un cambio brusco en todo lo que nos rodea, en nuestros hábitos, nuestra salud, nuestro entorno e incluso en nuestro carácter. Por tanto un ENSO es muy útil dado que es apreciable a una escala estudiable (permitidme el neologismo) y de una forma corta pero intensa. Así pues, esto aporta datos de cómo un cambio en el clima de una región afecta a la fauna y la flora y qué consecuencias tiene esto para el ser humano, las ciudades y la vida del planeta. El ejemplo de Perú serviría, la masa de agua caliente impide que la corriente de agua fría lleve nutrientes a las costas, lo que implica que los peces no acudan a su fuente de alimento habitual y por tanto los pescadores deben o alejarse para faenar encareciendo así el pescado y/o pudiendo crear conflictos diplomáticos con países vecinos, o quedarse sin trabajo. Ambas cosas repercuten en la política y en la economía de su país y por tanto en los ciudadanos.

Es importante concluir que el clima es fundamental para entender los procesos de creación y desarrollo de una región lo que implica que es fundamental para la supervivencia de la misma.





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